martes, 13 de mayo de 2008

La vida normal

Para seros sinceros, hacía mucho tiempo que ni me acordaba de este blog. Hoy alguién me lo ha recordado y aquí estoy, a punto de escribir aquí después de tanto tiempo.

¿Pareceré hipócrita?. No, no lo soy. No diré que pienso en maurizio todos los días de mi existencia pero sí uno de cada tres. Y esos pensamientos quedan dentro de mí, muy cerca de mi corazón. Y la verdad es que no soy muy dado a mostrar mis verdaderos sentimientos.

La vida normal es esa, seguir adelante. No puedes quedarte atrás, lamentándote de las desgracias (Cierto que mi situación es mucho más fácil que la de mucha gente que estuvo cerca de él, como su familia o las mujeres que le marcaron y él se los hizo saber) porque si no te hundes y dejas de vivir. Ahora os contaré acerca de alguna reflexión que he echo acerca de él y su muerte en el último año y pico.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es como me afectó su muerte al cabo de los meses. El día que me enteré me afectó, claro que sí, pero aún no lo asimilé. Es mas, tardé bastante en hacerlo. Y lo acabé asimilando de la forma más egoísta posible, dándome cuenta de lo frágil que es la vida humana y de lo fácil que puede ser que una noche no despierte de nuevo. He pensado muchísimo en su muerte, tal cual. Sinceramente, no creo que se diese cuenta de que estaba muriéndose. Simplemente caía plácidamente hacia el infinito. ¿Quién me dice que no voy a ir yo mismo a un camino por tierras asturianas y que pise mal y me precipite al vacío?. Nadie, sólo la prudencia y unos tintes de cobardía lo atenuearían. Se que soy aún joven y no debería de pensar en estas cosas pero él también lo era.

No sólo con la compañía de la muerte he pensado en maurizio. En realidad sería lo que menos haría si no fuese porque estoy lejos de mis amigos. Porque cuando estoy cerca de ellos y empezamos a llamar para quedar y me doy cuenta de que ya él no está, pues me quedo en treintraytrés, sin entender muy bien la situación. Ese momento es duro para mí, maurizio siempre era de los que no fallaban.

Bueno, estas han sido mis reflexiones después de este tiempo. Lo único que os digo es que soy sincero. Y que sí, aún hoy le sigo echando de menos.

IRH